miércoles, 4 de febrero de 2009

Encuentro nº 1: La pregunta (T.T)

Alrededor de las 14:30 comenzó el primer encuentro del curso de ingreso de Castellano 2009.
Se instaló desde el comienzo una modalidad interrogativa. La pregunta, el deseo, las voces fueron los protagonistas.
A partir de la lectura del texto de Lyotard, “¿Por qué desear?”, se suscitó el debate acerca de qué es la filosofía y qué relación tiene con el deseo y el “amor”.
“Filosofar es desear el deseo, no la sabiduría”, dijo alguien quedándose con las palabras finales del autor. “Preguntarse por qué nos preguntamos”, reflexionó otra compañera.
Un compañero recordó la etimología de la palabra filosofía y otra voz decía que: “el deseo es un movimiento que se retroalimenta porque hay una falta”. Y así surgió la idea de que el no saber es un motor, ya que quien sabe todo “llegó al final, de algún modo, está muerto”.
Y como no sabíamos casi nada unos de otros, estábamos todos muy deseosos y así se propuso pensar cuál sería la última pregunta que le harían a sus compañeros que recién conocían. Al principio las dudas fueron de índole puramente estética: “¿quién te cortó el pelo?”, “¿por qué esa remera?!!!”.
Luego, Silvia leyó Datos personales, un unipersonal de Julio Mauricio, perteneciente al movimiento teatral Teatro Abierto, surgido en 1981, como resistencia política a la dictadura militar.
También le hicimos preguntas al edificio, salimos a recorrerlo.
Recreo mediante, surgió un debate acerca del edificio recorrido. Hablaron de “las condiciones precarias” y de cómo estas hacen pensar en “un boicot del gobierno para que nos mudemos sí o sí”.
Hubo voces que aportaron datos en cuanto a las experiencias en los colegios. Una compañera opinó: “estoy mudada hace diez días… es bastante trabajo, no creo que haya sido con mala intención… pongamos una buena mirada”.
Romina explicó acerca de la posición contraria a la mudanza y habló de la exclusión de gente que implica esta. “Es una conducta elitista”, señalaron.
El debate continúa: “por qué siempre se ataca a la salud, a la educación”. “Porque si vos pensás, cuestionás”, respondió alguien.
A continuación, Romina leyó el cuento “Cicatrices” de Marcelo Birmajer.
Se propuso una consigna de escritura: escribir, utilizando como modelo el texto de Julio Mauricio, los “datos personales”.
Estrella de Mar, Victoria y Jésica compartieron de sus textos con todo el grupo.

-¿Nombre y apellido? (algunos datos personales)








“En ese momento recordé que mi madre me había puesto Erica porque ese era el nombre de la actriz de su novela preferida. Aun que el nombre se escribía con k, mi mamá prefirió que yo sea Erica con c”
Erica Pinto.


“Mi primer nombre fue una lucha entre mi tía y mi mamá. Mi tía quería llamarme Walter y mi mamá Baltazar”
Walter Ezequiel Gonza.


“No sé por qué, pero me acordé de que mi vieja me había contado la historia de cuando me pusieron ese nombre. Me contó que cuando estaba embarazada de mí, un día se sentó a la mesa toda la familia; mi viajo, mi hermana y mi vieja, conmigo adentro. Se pusieron a charlar y se dieron cuenta de que todavía no tenían un nombre para el bebé. Mi viejo dijo: -si es nena se va a llamar Virginia, como mi madre. No hubo más discusión, en ese preciso instante mi vieja supo que en su vientre llevaba una nena.”
Virginia Gallo.


“No quería decir mi nombre completo (…) porque frecuentemente sentía que no concordaba el significado de mi nombre con la personalidad que tengo”
Micaela Regina Bernard.


“Pienso: ¿deberé decir mis dos nombres? Porque el primero me gusta, pero el segundo…tiene su historia. Y nunca me convenció porque conocí cada Mónica, unas huecas, unas tontas. Cuando nací, Ximena era un nombre rarísimo, antiguo, como que era la esposa del Cid Campeador. Hace unos años se puso de moda. Pero para la estética de mediados del siglo XX, era espantoso. Y era el que mi mamá quería ponerme. Mi hermana mayor lloró y rogó para que me pusieran otro nombre, entonces eligieron Laura. Y como era costumbre agregar un segundo, ahí intervino mi papá, a quien le decían ‘el Mono’. Él dijo: ‘Mónica por ser la hija del Mono Aliaga’. Y asi quedó: me llamo Laura Mónica Aliaga.”
Laura Mónica Aliaga.


“Bueno, en un comienzo pude haber tenido cualquier otro nombre, pero mi mamá hizo una promesa a la Virgen María de Guadalupe (…) su primera hija se llamaría como ella; es por esto que llevo su nombre. Mi apellido viene de mi abuelo, el papá de mi mamá, que a pesar de haber tenido muchos problemas y por esto ponerla en un orfanato (la adoptaron dos gentiles hermanas) ella decidió conservar el apellido paterno. Es por esto que yo me llamo Guadalupe Betanzo”
Guadalupe Betanzo.


“Yo le contesté: -Stella Maris Estefa. En realidad, me hubiera gustado decirle Estrella de Mar, que es el significado de mi nombre, y que por eso lo eligió mi papá, un uruguayo criado en Brasil devoto de la virgen del mar, por suerte lo eligió él, porque mi mamá quería ponerme Norbert, como su abuela, ¡qué horror! (con todo respeto)”
Estrella de Mar

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy linda esta especia de Acta! Muy bueno, muchos elementos para registrar y muy rico el intercambio ocurrido durante el encuentro!


Abrazos