Como caldeamiento -y nos caldeamos de más nomás-, Romina y Silvia propusieron algunas preguntas que generaran debate, que permitieran expresar múltiples respuestas.
1. ¿Qué relación existe
· entre lengua e imperio?
· entre institución de la norma y enseñanza?
· entre academia y ortografía?
2. ¿Cómo se comporta una lengua cuando no está sujeta a la norma?
¿Cómo se comporta cuando sí está sujeta a la norma?
3. ¿Qué valor tiene la ortografía en la sociedad actual?
4. ¿A cuál de estas tres líneas responde el castellano actual?:
1. ¿Qué relación existe
· entre lengua e imperio?
· entre institución de la norma y enseñanza?
· entre academia y ortografía?
2. ¿Cómo se comporta una lengua cuando no está sujeta a la norma?
¿Cómo se comporta cuando sí está sujeta a la norma?
3. ¿Qué valor tiene la ortografía en la sociedad actual?
4. ¿A cuál de estas tres líneas responde el castellano actual?:
la fonética
la etimológica
el uso
5. ¿Cómo estaba dividida la carpeta (de la materia en la que nos estamos especializando, con múltiples nombres a lo largo del tiempo) cuando hicieron el secundario?
Luego de que debatiera cada grupo hicimos una puesta en común en la que surgieron los siguientes comentarios, más alguno que otro que mi mano no llegó a captar…
Florencia y su grupo notaron, a medida que respondían los ítems de la primera pregunta, diferentes relaciones. Consideraron que “la lengua es impuesta por quien conquista, por el imperio. A su vez, sin norma no hay enseñanza, la norma debe enseñarse. Esto último nos lleva de vuelta a la imposición de la lengua por parte de un imperio, hay una necesidad de generar normas por parte del imperio. Y cuando pensamos en la relación entre academia y ortografía pensamos en la RAE, que impone un poco la ortografía.”
En este punto surgió una duda: cuando hablamos de ortografía ¿siempre hablamos de lo escrito? Cuando le enseñás a hablar a lxs chicxs ¿también enseñamos ortografía?
Recordamos maestrxs que hacían la imposible diferencia entre “V” y “B”, que aunque ahora ya no la hagan, alguna que otra madre o padre corrige a sus hijxs con la pronunciación (he escuchado decir “así no –irritadísima- se dice primafffffffffera con V ”. Nos pusimos de acuerdo en que, cuando hablamos de la ortografía, estamos hablando del aspecto gráfico y comentamos sobre las discusiones que surgieron por la propuesta de que la ortografía debiera respetar más lo fonético.
Con respecto al segundo punto…
Mayra: “Cuando la lengua no está sujeta a la norma, se deforma, se vuelve ambigua, se deforma su significado, su concepto.”
Luciana planteó la posibilidad de relacionar la norma y la no norma con los conceptos de civilización y barbarie.
Según Guadalupe: “Cuando la lengua no está sujeta a la norma, el discurso pierde coherencia y cohesión, tanto en lo escrito como en lo oral.”
Para Ayelén la ausencia de norma permite que el vocabulario se amplíe y surjan giros idiomáticos.
Otra voz señaló una problemática: “las lenguas no sistematizadas tienden a desaparecer.”
Notamos, entonces, dos circunstancias distintas y hasta enfrentadas: la posibilidad de aumentar el vocabulario y la posibilidad de que se extinga.
Ésta última nos remitió a la conquista, a la relación imperio-lengua.
Cerrando este punto nos preguntamos quién crea la norma y por qué no responder a ella debe relacionarse con ser “bárbaro”.
Sobre el valor de la ortografía en la sociedad:
Estrella: “ese valor se perdió y por eso tantos problemas: que piensen que está correcto y no.”
Luciana: “No hay una manera única, depende del grupo social.”
Montserrat: “La ortografía se deja de lado y no podés tener un buen texto con mala ortografía”
Otra voz nos contó que discutió con su profesora porque “no le daba bolilla a la ortografía, era todo literatura y sintaxis”
Adrián nos comentó que es profesor de matemática y él también corrige la ortografía de sus alumnxs aunque muchos colegas dijeran que no era su responsabilidad.
Otra persona compartió su intriga “si la lengua es una expresión, ¿la ortografía no debería cambiar?” Compartimos que considerar el cambio una involución o no dependía del punto de vista de cada unx.
Y, desde el fondo, llegó esta reflexión: “hay que respetar la ortografía siempre y cuando exprese lo que yo quiera expresar”
la etimológica
el uso
5. ¿Cómo estaba dividida la carpeta (de la materia en la que nos estamos especializando, con múltiples nombres a lo largo del tiempo) cuando hicieron el secundario?
Luego de que debatiera cada grupo hicimos una puesta en común en la que surgieron los siguientes comentarios, más alguno que otro que mi mano no llegó a captar…
Florencia y su grupo notaron, a medida que respondían los ítems de la primera pregunta, diferentes relaciones. Consideraron que “la lengua es impuesta por quien conquista, por el imperio. A su vez, sin norma no hay enseñanza, la norma debe enseñarse. Esto último nos lleva de vuelta a la imposición de la lengua por parte de un imperio, hay una necesidad de generar normas por parte del imperio. Y cuando pensamos en la relación entre academia y ortografía pensamos en la RAE, que impone un poco la ortografía.”
En este punto surgió una duda: cuando hablamos de ortografía ¿siempre hablamos de lo escrito? Cuando le enseñás a hablar a lxs chicxs ¿también enseñamos ortografía?
Recordamos maestrxs que hacían la imposible diferencia entre “V” y “B”, que aunque ahora ya no la hagan, alguna que otra madre o padre corrige a sus hijxs con la pronunciación (he escuchado decir “así no –irritadísima- se dice primafffffffffera con V ”. Nos pusimos de acuerdo en que, cuando hablamos de la ortografía, estamos hablando del aspecto gráfico y comentamos sobre las discusiones que surgieron por la propuesta de que la ortografía debiera respetar más lo fonético.
Con respecto al segundo punto…
Mayra: “Cuando la lengua no está sujeta a la norma, se deforma, se vuelve ambigua, se deforma su significado, su concepto.”
Luciana planteó la posibilidad de relacionar la norma y la no norma con los conceptos de civilización y barbarie.
Según Guadalupe: “Cuando la lengua no está sujeta a la norma, el discurso pierde coherencia y cohesión, tanto en lo escrito como en lo oral.”
Para Ayelén la ausencia de norma permite que el vocabulario se amplíe y surjan giros idiomáticos.
Otra voz señaló una problemática: “las lenguas no sistematizadas tienden a desaparecer.”
Notamos, entonces, dos circunstancias distintas y hasta enfrentadas: la posibilidad de aumentar el vocabulario y la posibilidad de que se extinga.
Ésta última nos remitió a la conquista, a la relación imperio-lengua.
Cerrando este punto nos preguntamos quién crea la norma y por qué no responder a ella debe relacionarse con ser “bárbaro”.
Sobre el valor de la ortografía en la sociedad:
Estrella: “ese valor se perdió y por eso tantos problemas: que piensen que está correcto y no.”
Luciana: “No hay una manera única, depende del grupo social.”
Montserrat: “La ortografía se deja de lado y no podés tener un buen texto con mala ortografía”
Otra voz nos contó que discutió con su profesora porque “no le daba bolilla a la ortografía, era todo literatura y sintaxis”
Adrián nos comentó que es profesor de matemática y él también corrige la ortografía de sus alumnxs aunque muchos colegas dijeran que no era su responsabilidad.
Otra persona compartió su intriga “si la lengua es una expresión, ¿la ortografía no debería cambiar?” Compartimos que considerar el cambio una involución o no dependía del punto de vista de cada unx.
Y, desde el fondo, llegó esta reflexión: “hay que respetar la ortografía siempre y cuando exprese lo que yo quiera expresar”
Para la cuarta pregunta, la mayoría estuvo de acuerdo en que el castellano actual responde tanto a la fonética como a la etimología y al uso.
Finalmente varixs alumnxs nombraron las divisiones de su carpeta: lengua y literatura; lengua, literatura y ortografía, prácticas del lenguaje.
Después de tanto debate llegó el merecido recreo y, a su vuelta, leímos “El idioma de los argentinos” de Roberto Arlt, y “Botella al mar para el dios de las palabras” de Gabriel García Márquez.
Luego de una breve contextualización se propuso una lectura grupal del prólogo a la Ortografía de la Real Academia Española y se dejó como propuesta de trabajo finalizar la lectura del próloga a la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija, leer “Acerca del ensayo” y producir un breve ensayo que pusiera en juego lo leído y discutido en este encuentro.
4 comentarios:
Dos cosas:
1. Mientras pasaba esto, mi madre me gritó "voy a encontrarme con Norma!" y me dio como no sé qué...
2. Para debatir -digo, si quieren- se habló mucho de la enseñanza de la ortografía, de si el/la profe de turno la enseñó o no y yo me pregunto ¿realmente aquellos que nunca tienen faltas de ortografía apelan a las reglas ortográficas? ¿son seres que tuvieron la "suerte" de que les machacaran las reglas? ¿es posible aprender una y cada una de las reglas con sus excepciones incluidas?
abrazos!
Me colo acá xq me quedó picando lo que dijeron en mi clase del turno noche, citando eso de que "hay que respetar la ortografía siempre y cuando exprese lo que yo quiera expresar”. Estaba totalmente de acuerdo con eso, hasta que tuve que escribir mi opinión sobre la ortografía y me encontré con que le agregaría algo a esa frase:
"hay que respetar la ortografía siempre y cuando exprese lo que yo quiera expresar, y yo esté mas o menos seguro (o tenga una esperanza) de que el mensaje que quiero transmitir se entenderá"
Creo que a veces es genial "jubilar a la ortografía", de hecho he llegado (por necesidad) a inventar palabras, xq las q tenía no expresaban tal cual lo que quería decir; pero tmb pienso que hay q buscar la manera de que el otro me comprenda, lograr una comunicación masomenos efectiva.. para no ser uno el centro de todo.
Es mi opinión y es totalmente discutible, si algo aprendí hasta ahora en este curso es q escuchando al otro se aprende demasiado :)
Saludos a todos!
Creo que siempre, como dice Juan, tenemos en cuenta el destinatario -pienso que a la vez tiene que ver con unx mismx, porque en todo caso buscamos ser entendidos- es decir, que el otro pueda interpretar lo que quiero expresar.
Pensaba en el equívoco, está bueno también...pero también, ahí hay un juego que requiere que sepamos para entenderlo, para poder expresar lo contrario.
Con respecto a lo que planteaba Laura...son horribles esas reglas, creo que no pasa por ahí la ortografía, yo no sé casi ninguna, sólo las aprendo cuando DEBO enseñarlas...
la ortografia es algo tedioso para todos. Desde que eramos chiquitos hasta ahora, creo que seguimos escribiendo en el margen para fijarnos si nos "suena" bien escrita la palabra.
La única manera de aprenderlas, es leyendo mucho, porque entran por hábito y es como que vienen solitas en el momento de escribirla; evitando el paso de pensar si termina en ivo-iva... y todo lo que nos enseñaron en el cole
Saludos
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